lunes, 10 de mayo de 2010

LIBROS, LIBROS, LIBROS...

Una librería...un trabajo tan afortunado para aquel que ama los libros, como peligroso para el que, además de amar la lectura, no cuenta con una gran cuenta bancaria para pedir y pedir más y más libros. Me meto en la cama pensasoñando en todos aquellos libros que no pueden faltar en nuestras estanterías..."Y tengo que pedir aquel que tanto me gustó de pequeña, "Corazón" de Edmundo de Amicis, donde valores como la nobleza y la honestidad entre un grupo de estudiantes, eran tan apreciadas como tener hoy una Play Station...y, bueno, no pueden faltar tampoco "Los tres Mosqueteros" de Dumas, insuperable en el modo de contar aventuras (y mira que los dibujos también eran buenos :), ¿y para más adultos? Nunca olvidaré la emoción al leer "La Cartuja de Parma" de Stendhal, jamás una historia de amor me caló tan hondo (aún más que su más famoso "Rojo y Negro"), o "El Cuarteto de Alejandría" de Durrell, donde la misma historia es contada por cuatro personajes distintos, y es entonces cuando entiendes y aprendes lo que es la perspectiva de cada uno, en el libro, y en la vida..." y así estoy hasta las tantas de la mañana. Entonces, al día siguiente, puede que vayas a trabajar y no vendas ningún libro, puede que alguna clienta (llena de buenas intenciones) le diga a su perro en la puerta, durante una eterna media hora "Dí hola a la chica, Skiper, dí hola, vamos Skiper"...todo esto a unas tempranísimas 7:30 de la mañana, porque también hay que vender prensa para poder mantener nuestra tienda soñada. Y puede que algún cliente se queje de que su pulsera (aquella que venía con el periódico) no le ha vuelto diez años más joven, ni le ha devuelto la elasticidad, ni le ha puesto los ojos azules... Pero un día, algo llama la atención de estos mismos clientes...ese dibujo en la pared del eterno Principito, pidiéndote que nunca olvides al niño que hay en ti, o el nuevo libro de Javier Sardá o de Pérez-Reverte (que más da que no sea el de Stendhal!), o viene un padre pidiéndote consejo para un adolescente, que momentáneamente ha aparcado su Play Station PSPDS2 nueva generación, y tú, sin dudarlo, le dices que le lleve "Rebeldes" de SE Hinton, o "El guardián entre el centeno", a ver si le enganchamos... Y, yo no se por qué será, es entonces cuando te olvidas de los madrugones, de clientes demasiado habladores a horas demasiado tempranas, de pulseras milagrosas, etc., y...coño, como que te sientes feliz y contenta contigo misma, mientras empiezas a imaginasoñar cuántos niños vendrán al próximo cuentacuentos, y qué libro mágico les vamos a contar...

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